BODEGAS A. VELASCO E HIJOS

La casa en la que se asienta la bodega museo de la familia Velasco es una construcción típica castellana del siglo XVII y restaurada a principios de éste. En aquella época los edificios no tenían la diferenciación que hoy se hace de vivienda o local comercial, ya que ambos espacios estaban conectados y, en muchos casos, eran comunes, realizando las tareas del hogar y las propias del negocio en los mismos ambientes. Esta casa, situada en la populosa calle de Corredera, dentro del casco histórico de la ciudad de Toro, es un claro ejemplo de la arquitectura tradicional castellana. Está construida sobre una base de sillares calizos utilizados como cimientos, y que cubren parte de la fachada, aunque las paredes son de tapial, una especie de tierra húmeda y prensada, al estilo de los encofrados actuales de hormigón. El armazón es de madera, tanto las vigas como los suelos de la parte superior, siendo la mayor parte del maderamen de pino, por su cercanía y abundancia, y de negrillo (olmo), seleccionado por su dureza y resistencia a los xilófagos.

La bodega fue fundada en 1955 por Dativo Velasco Fernández, quien inicialmente se instaló en Toro para montar un negocio de venta de pescado. Posteriormente, animado por sus hijos, comenzó a elaborar vino en la antigua bodega de la casa. Tras varias décadas, Antonio Velasco tomó el mando y, en 1999, la familia construyó una nueva bodega más funcional, inscribiéndose en el Consejo Regulador de la D.O. Toro. Actualmente, la cuarta generación de la familia continúa la actividad, enfocada en el enoturismo y la preservación del patrimonio histórico de la bodega.

La empresa ofrece vinos embotellados y experiencias de enoturismo, como visitas guiadas a la bodega histórica y catas de vinos acompañadas de embutidos y quesos de la zona. También dispone de una tienda de vinos y productos regionales.

Preservar y divulgar el patrimonio histórico y cultural de las bodegas tradicionales, ofreciendo experiencias enoturísticas y productos de calidad.